Te has preguntado cómo es de cierta esa frase que dice "siembra lo que cosechas" debido a que todo lo que nosotros generamos en el mundo a través de nuestros pensamientos, comunicación, formas, estructuras, enojos, miedos, te darán resultado. La energía divina que se conecta contigo responde a tus muestras. Así que no estaría por demás despreocuparse tanto por el de al lado, desde el punto de vista de la consecuencia que te pueda generar su interiorización... Aplica para el mal de amores, traiciones, malos vecinos, envidiosos, rencorosos. Las leyes universales vienen a regir si tú lo crees, pero de que habrá consecuencia positiva o negativa, eso es indudable.
El siguiente decreto no es de mi autoría, no conozco a su autor, pero hace tiempo lo encontré y es una poderosa herramienta espiritual de reconocer la luz en nuestro cuerpo, una que viene de Dios y que por supuesto hace falta para la sanación física y espiritual. Lo comparto con afecto para todo el que deseé usarlo diariamente.
"Repetir en voz alta"
"Repetir en voz alta"
Me conecto en planos superiores con MI GRAN SER, creando un campo cuántico y una vacuna autoinmune, para que protejan mis células, moléculas, órganos, sistemas y diferentes cuerpos, físico, emocional, mental, astral, etéreo, causal y búdico.
Para que ningún virus, bacteria, hongo, parásito, reservorio de virus, baja frecuencia o agente microscópico ajeno a mi cuerpo debilite mi sistema.
Ordeno a la célula maestra de mi glándula pineal y a mi chakra corazón que envíen señales armónicas y coherentes de altísima vibración para crear la frecuencia vibratoria del amor incondicional en todas mis células.
Para que trabajen en perfecta armonía y resonancia con todos mis sistemas, principalmente mi sistema inmunológico. Para generar los anticuerpos necesarios que sirvan de escudo contra cualquier microorganismo ajeno ya sea virus, bacteria, hongo. Para que las desintegren y eliminen de mi cuerpo físico, y así permitir la tranquilidad y felicidad de mi ser.
Hecho está, Hecho es
Hecho está, hecho es
Hecho está, hecho es.